cesped artificial jardines : Cultivo de la betarraga

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Cultivo de la betarraga
Lo único que masivamente se sabe acerca de la betarraga se refiere a su importante aporte nutricional, en virtud del cual la mantenemos vigente en los huertos y supermercados. Como reconocimiento a sus méritos, se le incluye generalmente en la ensalada surtida.
Los más creativos, cultores de un naturismo mixto y ocasional, beben su delicioso y reconfortante jugo y consumen las hojas verdes y tiernas de las primeras cosechas o raleos en tortillas, a las que se añaden picadas finamente, crudas o cocidas.
Los rusos, en cambio, hacen exquisitas preparaciones con la betarraga, mientras que los italianos y españoles fabrican con ella encurtidos en vinagre. Convendría proveerse de nuevas y diferentes recetas de la cocina internacional que enriquecerían nuestra dieta con esta y otras hortalizas, que se revelan como antídoto contra el mal de los tiempos modernos: el cáncer.
Mientras tanto, revisemos el procedimiento de nuestro cultivo de betarragas, para obtenerlas más apetecibles, tiernas y sabrosas.

Exigencias de la betarraga

La betarraga, llamada científicamente Beta vulgaris var. hortensis L., de la familia Quenopodiáceas, prefiere un ambiente fresco y algo húmedo; pero si la temperatura se mantiene entre 5 y 10 grados C durante dos o más semanas, puede ocurrir que las plantas emitan su tallo floral prematuramente, deteriorando la calidad de su raíz comestible.
En materia de suelos, esta especie relativamente rústica se produce mejor en aquellos de pH neutro y algo sueltos, que ofrecen resistencia a su expansión. En tales condiciones resultan mejor conformadas, más lisas y suaves que en los sustratos pesados. Para abonar la planta, el estiércol debe aplicarse en el cultivo precedente.
La deficiencia de boro se detecta cuando se observan manchas internas de color pardo, que se acentúan hasta tomar un color negro. Si éstas llegan a la epidermis, forman un anillo ceroso que rodea la raíz, cerca de la superficie del suelo, independientemente de que las hojas muestren anomalías. Esta carencia es uno de los factores que determinan la presencia de hojas rojas en lugar del verde natural. Si la ausencia de boro es total, las hojas se retuercen, encrespan y finalmente mueren. En esos casos es preciso seleccionar variedades
menos sensibles a este problema. Cuando lo que falta es cobre, varía el color de la pulpa y las raíces casi no muestran carne roja. Sus anillos son mucho más marcados que en las normales.

Siembra de la betarraga

Por razones prácticas, de calidad y de productividad, se recomienda el sistema de siembra directa, de la que se obtienen betarragas más abundantes, lisas, con raicillas finas y menudas.
Coloque las semillas en líneas sobre una mesa de 75cm de ancho, con 30cm de separación respecto de otras platabandas. Siembre a surco lleno, cubriendo con 2 a 3cm de tierra. Utilice poca semilla y ralee cuando las plántulas alcancen 5cm de altura, dejándolas a 7 0 10cm entre sí. Cuando al emerger no se ven muy tupidas, limítese a entresacar las raíces que alcanzan un tamaño aceptable para el consumo. El riego se hace por infiltración y no directamente.
La siembra al voleo se realiza en platabandas de 1,5 a 2 metros de ancho, esparciendo la semilla y cubriendo con una pasada de rastra de clavos liviana. Se dan riegos tendidos, con poca agua, por "tapadas" laterales y cortas. Este método es aconsejable a nivel de huerto casero.
Si obtiene la semilla del propio huerto, verá que las flores de esta hortaliza, a semejanza de la acelga, producen frutos esféricos de superficie rugosa, en cuyo interior hay de dos a seis semillas. Un gramo de ellas contiene 60 unidades de gran longevidad y alto poder germinativo.
La conformación de la simiente puede hacer necesario un raleo posterior, para separar los grupos de plantas que nacen de dos o más unidades, pero puede ahorrarse este trabajo empleando semilla monogérmica, que se vende en las distribuidoras especializadas.

Cuidados de la betarraga

El cultivo de esta planta es de corto período vegetativo; de manera que si el suelo ha sido preparado conveniente y oportunamente, será suficiente efectuar una sola desmalezadura. Las recolecciones sucesivas desempeñan un papel importante del raleo, dejando mayor espacio a las raíces restantes.
En cuanto al riego, cuando se realiza a tiempo permite un buen grado de humedad, asegurando un desarrollo uniforme de la planta y una mejor textura de las raíces.

Plagas y enfermedades

En general, la betarraga se produce en buenas condiciones sanitarias en el país, salvo el ataque de algunos insectos, los mismos que afectan a la acelga. El más frecuente es la mosca minadora, cuyas galerías deterioran las hojas.
Tampoco sufre muchas enfermedades, pero en caso de presentarse, las principales suelen ser la cercosporiosis y la virosis. La primera es producida por el hongo cercospora beticola en presencia de humedad alta y temperaturas medias de 24 a 27 grados C, y causando manchas de color café con bordes desde rojo-purpúreos a café oscuro en las hojas. En este caso se recomienda enterrar los restos de la cosecha y rotar cultivos de tres años o más.
La virosis es causada, entre otros, por el virus de mosaico y se reconoce por el moteado de las hojas, clareamiento de venas, lesiones circulares anilladas y enanismo general, con pecíolos de las hojas más cortos que el normal.

Cultivo de la betarraga

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